Según la OMS, el cáncer de seno es el más común entre las mujeres en todo el mundo y está aumentando especialmente en los países en desarrollo, donde la mayoría de casos se diagnostica en fases avanzadas.
Este mes millones unirán sus voces en caminatas y con listones rosados para generar conciencia sobre el cáncer invasivo más común en las mujeres.
El Mes de la Conciencia Sobre el Cáncer de Seno (BCAM, por sus siglas en inglés) es una campaña llevada a cabo por diferentes organizaciones médicas y gubernamentales de varios países con el fin de crear conciencia sobre una enfermedad que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cobró 460.000 vidas en 2008.
Desde 1985 múltiples organizaciones se reúnen por esta causa para recordarles a las mujeres que la mamografía es el método de detección temprana más efectivo. Esta campaña, cuyo símbolo es el listón rosado, también les ofrece apoyo a aquellas mujeres afectadas por la enfermedad.
¿Por qué da?
Igual que otros tumores, el cáncer de seno se produce cuando un gen defectuoso interactúa con ciertos factores ambientales. Las células normales, cuando ya no sirven, producen “suicidio celular” también conocido como apoptosis. Cuando una persona tiene una mutación en el gen que le impide a una célula “suicidarse” se desarrolla el cáncer.
Se ha encontrado también que las mutaciones vinculadas al cáncer de seno se asocian a la exposición a estrógenos y es por esto que el cáncer de seno es más frecuente en las mujeres, aunque raramente puede presentarse en hombres.
¿Qué puedo hacer?
Aunque la predisposición genética puede cumplir un rol, según reportes de la revista de oncología quirúrgica se cree que los genes son responsables del 5 al 10 por ciento de los casos de cáncer. Sin embargo, anotan que en aquellas mujeres que tienen un familiar de primer grado con la enfermedad, el riesgo de desarrollar este cáncer entre los 40 y 50 años de edad es el doble que el de la población general.
Existen varios factores de riesgo para desarrollar cáncer de seno. Los principales son el sexo y la edad. Se han descrito también no haber tenido hijos, alteraciones hormonales, la dieta y la obesidad. La lactancia materna es un factor protector.
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¿El estilo de vida qué afecta?
Fumar: el riesgo de cáncer aumenta entre más cigarrillos fumes y entre más temprano en la vida hayas adquirido este hábito.
Sedentarismo: la falta de actividad física se asocia a aproximadamente el 10 por ciento de los casos.
Dieta: se ha encontrado que las grasas, el licor, la obesidad y el déficit de yodo. Este último factor no es tan preocupante ya que la sal en nuestro mercado es yodada (puedes verificarlo en los envases).
Planificar: ciertos anticonceptivos orales a base de estrógenos también conllevan un mayor riesgo de cáncer de seno si se suma a la predisposición.
Los turnos: una extensa revisión en el año 2005 demostró que trabajar turnos de noche aumenta en un 50 por ciento el riesgo de padecer cáncer de seno. Esto puede deberse a una alteración del ciclo vigilia – sueño y de las sustancias que se producen durante la noche, como la melatonina, que es un supresor tumoral. En 2007 la Agencia Internacional Para la Investigación del Cáncer de la OMS clasificó los “trabajos de turnos que impliquen la disrupción del ciclo vigilia - sueño” como un posible factor de riesgo para desarrollar cáncer.
Otros factores son la radiación y la exposición a químicos como algunos solventes orgánicos.
¿Cómo detectarlo?
Aunque recomendado en el pasado, la utilidad del autoexamen de seno ha sido debatida ya que múltiples estudios revelan que en vez de salvar vidas aumenta el número de biopsias innecesarias que se les realizan a las mujeres con resultados posteriormente negativos.
La mamografía es el método más confiable para detectar masas en los senos: por cada 1.000 mujeres que se realizan una mamografía se salvan nueve vidas. El Colegio Americano de Radiología recomienda que se haga cada uno o dos años entre los 40 y 49 años de edad y luego anualmente para las mujeres mayores de 50 años.
Mitos sobre el cáncer de seno
“El aborto da cáncer”
Esta creencia surgió en los años 80 y ha sido objeto de múltiples y extensos estudios. Con los años y la investigación se ha concluido que no existe ninguna relación entre el aborto y el cáncer de seno.
“Solo a las mujeres con familiares afectados les da cáncer”
La herencia juega un papel importante en el desarrollo de la enfermedad, pero el 70 por ciento de las mujeres con cáncer de seno no tienen antecedentes familiares.
“Los brassieres con varilla dan cáncer”
La creencia que los brassieres ajustados o con varillas comprimen los ganglios linfáticos e impiden que las toxinas circulen es falsa. Ni el tipo de brassiere que uses ni lo ajustado que este sea se relaciona con la probabilidad de desarrollar cáncer.
“La mayoría de nódulos son malignos”
Cerca del 80% de los nódulos que aparecen en los senos son benignos. Los doctores animan a las mujeres a reportar cualquier anormalidad, sin embargo, por el beneficio que trae detectar tempranamente un posible cáncer.
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“Los implantes mamarios aumentan el riesgo de cáncer”
Esto es falso. Las mujeres con implantes mamarios tienen el mismo riesgo que sus contrapartes sin implantes. Lo que sucede es que pueden disminuir la efectividad de la mamografía para detectar ciertas lesiones y en ocasiones se necesitan exámenes adicionales.
“Usar desodorante aumenta el riesgo de cáncer”
La sociedad Americana de Cancerología ya desmintió este rumor, aunque admite que se deben hacer más estudios al respecto.
“Las mujeres con senos pequeños tienen menos riesgo de cáncer”
En cáncer de seno intervienen factores ambientales, hormonales y genéticos. Los senos grandes pueden ser más difíciles de examinar pero el tamaño no tiene ninguna relación. Todas las mujeres, independientemente del tamaño de sus senos, deben hacerse exámenes de rutina según su edad y predisposición.
“El cáncer de seno siempre se manifiesta como un nódulo”
Un nódulo puede ser la manifestación de un cáncer o de una de las múltiples condiciones benignas del seno, pero también hay otros signos que pueden indicar malignidad como la inflamación, la irritación en la piel, dolor en el pezón, retracción o descamación del pezón y secreciones diferentes a la leche. A veces los tumores se manifiestan como un nódulo inflamado en la axila los cuales pueden detectarse con mamografías de rutina.
“Si estoy predispuesta no puedo hacer nada más que esperar”
Puedes hacer mucho antes de que aparezca el cáncer como bajar de peso si eres obesa, disminuir o suprimir el cigarrillo y el licor, hacer ejercicio y hacerte exámenes periódicos.
“El cáncer de seno es prevenible”
Tampoco. Aunque puedes identificar los factores que te predisponen a sufrirlo y hacer cambios en tu estilo de vida, cerca del 70 por ciento de mujeres diagnosticadas con cáncer de seno no tienen factores de riesgo identificables.
“Los nódulos benignos predisponen al cáncer”
La también conocida como “condición fibroquística de mama” es una entidad que ya se sabe no tiene conexión con el cáncer, lo que sucede es que suelen requerirse exámenes posteriores a la mamografía como una ecografía y, en ocasiones una biopsia, para diferenciar algunos nódulos benignos de los malignos.
“Las mamografías anuales te exponen a la radiación y aumentan el riesgo de cáncer”
Aunque genera radiación, la dosis es tan pequeña que cualquier riesgo asociado a esta es mínimo si se compara con sus beneficios. La mamografía puede detectar nódulos antes de que estos sean palpables lo que mejora el pronóstico.
“Las planchas de pelo aumentan el riesgo de cáncer”
Estudios hechos por el Instituto Nacional de Cancerología de los EE.UU. no encontraron una relación entre el riesgo de cáncer de seno y el uso de estos aparatos.